Estoy en esos días en los que el papel higiénico es mi mejor
amigo. En los que aunque no esté triste me lloran los ojos, apenas escucho,
moqueo y hablo como si barrio sésamo me tuviera en plantilla. Si amigos, estoy
resfriada.
El cuerpo, ese gran aliado, mientras permanezco en posición
vertical me permite respirar (no sin cierta dificultad) por la nariz, pero, es
adoptar la horizontalidad y mis fosas nasales tienen menos movimiento que el
aeropuerto de Castellón. Por ahí no pasa ni un matojo rodante.
Cuando la nariz decide dejarme respirar, me sueno, me sueno,
me su…asusto, me asusto porque no sé de dónde sale tanto moco, es imposible que
esa pequeña cueva contenga tantos. Eso sí que sirve para guardar cosas y no el
bolsillo de Doraemon.
Pero el pequeño aire que consigue entrar en mis pulmones lo
hace de forma sibilante. Creo que con un poco de práctica consigo reproducir la
famosa canción del oeste.
Entonces entra en juego mi doctora particular, mi madre. La
que me da pañuelos mentolados, sonarme con eso es igual a respirar aire del
polo. Ahora es cuando la nariz me duele, cosa que antes no. Se me enrojecen los
ojos y dos enormes lagrimones salen de mis ojos. Diagnóstico de la doctora: te
estás curando.
Durante estos días tomo más caldos calientes que en los
otros 362 restantes.
Dormir mientras estoy resfriada sí que es una odisea y no la
de Homero.
Cuando finalmente he conseguido una posición medio
tolerable, tengo agarrado a mi amigo el papel, estoy tapada hasta los ojos
dejando una pequeña rendija de ventilación (muy pequeña pues uno de mis grandes
miedos es tragarme un bicho mientras el maldito resfriado me obliga a respirar
con la boca abierta, y mi doctora se niega a hacer guardia en la silla mientras
yo duermo, lo sé, intolerable) es cuando al hacer un recuento de todo descubro
que se me ha olvidado el maldito vaso de agua, y lo necesito, porque en unas
horas mi garganta estará más seca que cierto conducto de la Duquesa de Alba.
Comer o hablar se convierten en deportes de riesgo, pues
debes controlar los tiempos para poder respirar.
Lo más divertido que puedo hacer en estos días es practicar
tiros libres con la papelera, y ya si quiero emociones fuertes, los triples.
PD: probar a cantar canciones con esa maravillosa voz de
resfriado, yo por unos días me siento Pitingo versionando canciones.
ATCHÍS. ATJÓ. COF. SNIF... SOB... AAAAAY. Cobo iba diciébdode, ed veddad la Odisea trabscurrió ed uda caba, bero duvierod que adordarlo borque aquello do era serio. COF. COF. ATJÓ.
ResponderEliminarP.D.: Respecto a lo de Pitingo, no le eches la culpa al resfriaESTOOOOO... ¡ERES AMOR! ^^
P.P.D.: Queremos entrada cinéfila YA :3
P.P.P.D.: ¿De queda algúd kleedex?