Get me outta here!

miércoles, 11 de septiembre de 2013

El fantástico mundo de los pelos.

Ser mujer es especial, fantástico, maravilloso, es poder ser madre (yo de momento le quité las pilas a mi reloj biológico), es…PELOS.

Si algo aún no he conseguido aprender desde el inicio de mi adolescencia hasta hoy es “por qué tenemos pelos en muchas partes”.

Hasta que no llega cierta etapa en la vida de las mujeres, los pelos no molestan, están a la vista pero la relación es buena y cordial y les dejas vivir y ellos a ti. El problema llega cuando te das cuenta que ellos viven gracias a ti y que tú de ellos en la mayoría de los casos no obtienes beneficios. Es entonces cuando comienza la ofensiva.
Estudias al enemigo, que con el paso de los años ha ganado terreno y claro sabe más tácticas que tú que solo eres una novata.

La táctica es comenzar eliminando los que se ven, la cara, es la primero que ves cada mañana. Como no eres un gato no entiendes el porqué del bigote. Las cejas, que se llevan muy bien entre ellas y todo su afán es llegar a tocarse y el tuyo el de impedirlo. Pues bien con la guerra declarada y el enemigo localizado estudias varios métodos:

-          Bigote: ¿crema depilatoria o cera (si es cera, fría o caliente)? Es evidente, la crema no duele, vale ataquemos. Con la crema te das cuenta que el resultado no acaba de convencerte, mierda, pelos 1 yo 0. Vamos con la cera. Dar calor a las bandas, separarlas, aplicar, pegar bien y tirar. Tras realizar todo el  proceso y llevar 10 minutos con la banda pegada porque te da miedo tirar, te armas de valor y voilà. Pelos en la banda, cara de dolor y parte superior del labio…rojita, roja, vale, siempre quise tener labios siliconados y mira, me ha salido por poquito dinero. La próxima vez hay que hacerlo de noche.

-          Cejas: cuánto pelo quitar, qué forma darle, tras las respuestas oportunas coges las pinzas y a quitar pelos. A saber por qué, un ojo duele más que el otro, con cada pelo que arrancas la pregunta que se va formulando en tu cabeza toma fuerzas ¿para qué mierda sirven estos pelos?

Sigues con la exploración, próximo ataque hacia las axilas.  

Como la ofensiva comienza a una edad muy temprana no estás preparada, y la equipación que posees no es de última generación. Arma utilizada “cuchilla”, que en un primer momento le “tomas prestada” a tu padre, total no va a notarlo porque pelos ya tiene, (en lo que menos piensas es que la cuchilla tocará tu axila y luego su cara). Otra batalla ganada. Mentira, eso es lo que tú humildemente crees, pero como si de un castigo divino se tratara, que lo manda tu padre por cogerle el dichoso aparatito, cuando el pelo decide hacer acto de presencia lo hace con fuerza, y con un “ligero” picor. Cuchilla y axila descartada. O cera o crema depilatoria.

Las cosas se van complicando. Ahora toca un ataque a zonas más bajas. Si es invierno la parte más delicada se queda intacta y decides mandar una avanzadilla contra la pelambrera de las piernas, son muchos y no hay que tener piedad con ninguno.  Si tienes hermana mayor ya has podido ver algún método o incluso mangar utensilios, pero claro lo de preguntar no va contigo, tú eres toda una guerrera y estos pelos no van a poder contigo.

Piernas. En un primer momento piensas “cuchilla”, te acuerdas del nefasto resultado de las axilas y te niegas a pasarte tus buenas horas rascándote. Si comienzas con la cera temprano el pelo crece luego con menos fuerza. Te haces con las bandas de cera fría. De momento la cera caliente no te llama la atención, bastante duele ya como para añadirle más material. Misma técnica que con el bigote, dar calor a las bandas, separar, aplicar, pegar bien y tirar (que bien me sé la teoría, ya quisieran mis profesores de la época que me supiera tan bien otras cosas).

Con paciencia, miles de tacos soltados, piernas sin pelo, pero con restos de cera y comenzando a ponerse rojita, te aplicas crema calmante.  Y ¿qué piensas mientras te la aplicas? Esto no hizo más que comenzar, la de años que me quedan. Si yo nunca he tenido problemas con los pelos, teníamos una relación tan bonita, nos llevábamos tan bien…

Pero tus amigas pasan por lo mismo y unes fuerzas…

Y llega el verano. Y la parte oculta, debe ser invadida. No hay mensajes de rendición, no hay señal de buena voluntad donde los pelos se van para no ser agredidos, no. Finalmente no te dan opción y hay que atacar.

Ataque primero: crema depilatoria. Porque de momento los seres a los que debes impresionar no van a acercarse tanto a “ese lugar”.
Ataque segundo: vas creciendo y claro, las relaciones se estrechan. Te lías la manta a la cabeza y pasas la cuchilla. Y es aquí donde todas las batallas ganadas no tienen importancia, porque los pelos han realizado una ofensiva descomunal y cuando atacan lo hacen en masa y sin piedad.
Ataque tercero: cera. Duele, sí, pero ya no hay cuartel al pelo, has decidido radicalizarte.

Tras todos los pelos quitados, vuelve la pregunta “por qué tenemos pelos en muchas partes”:

1.       No sudo tanto como para que el bigote o las cejas impidan al sudor penetrar en mi boca u ojos.
2.       Mientras los pelos de las axilas no crezcan cual telaraña de Spider-man para poder cazar hombres no veo utilidad a estos pelos.
3.       Cuando le era glacial vuelva, consideraré que tener las piernas rodeadas de pelos me beneficia.
4.       Mis partes pudientes ya las tapo yo con ropa, no necesito que el pelo me la oculte.

Finalmente con el tiempo adquieres armas para luchar contra este terrible enemigo.  Al que solo puede compararse con las pelusas, porque siempre vuelven.

Te compras aparatos que los arrancan y dejas la cera, o vas a centros especializados para tumbarte mientras una chica disfruta despojándote del enemigo, porque le pagan básicamente.
Pero por muchas armas que uses, mientras no sea el láser, sabes que tus enemigos siempre volverán. Te puede dejar el novio, los amigos, incluso la familia, pero ellos siempre estarán contigo.

PD: el método más rastrero que usa el pelo para vengarse es enquistarse.

PD2: cuando vosotros los chicos (si es que habéis aguantado leyendo hasta aquí) soltáis el comentario “anda pero si tienes bigotillo”, “cari te están creciendo los pelitos de las piernas”…sabed que en ocasiones, tanto esfuerzo por librarse de los pelos no es bien recompensado.

1 comentario:

  1. Como está claro que pensamos de forma similar en cuestiones de vital importancia (como la playa, el cine, los putos pelos, etc.) pero, además, te expresas mucho mejor y con más arte, estoy pensando en que te vengas a Tenerife y vayas a la facultad por mí. Piénsalo. xD Como siempre: genial la forma de tratar con humor temas que, en su contexto, solo provocan tacos y mala leche xD Espero más. Tengo a los rumanos en la agenda, ojo ^^
    P.D.: Importante, tu postdata ^^

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