Adoro el cine, primero y fundamentalmente por lo poco que
cuesta (véase cines Yelmo 8.60€, de las 3D mejor no hablar, queremos conservar
nuestros órganos intactos). Diremos a su favor que hacen descuento a los
menores de 25 y mayores de 65 años, gracias, porque YO no entro en ninguno de
dichos grupos ¬¬
Y segundo por la fauna autóctona que los visita. Me gusta
clasificarlos:
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Los tocapelotas: llegan con los trailers
empezados, se ponen a discutir antes de subir las escaleras porque nadie parece
saber a qué fila van, por tanto todos a sacar los móviles y a subir como
borregos. Llegados a la fila deben decidir cómo sentarse, por parejas, por
amigos…pero todo debe hacerse de pie. Cuando por fin consiguen sentarse no solo
te has perdido los trailers, ahora toca repartirse las chucherías…
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Los comentaristas: personas dedicadas a la labor
social de retransmitir todo lo que ven
en la pantalla. –No debería acercarse al sótano. –Como baje verás la que
le espera. –¡Mira, un tío en la ventana!
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Marmotas: normalmente no van al cine por
voluntad propia. Suelen quedarse dormidos al poco de empezar la película, el
grado de molestia va a depender del volumen del ronquido del sujeto en
cuestión.
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Los inconscientes: dícese de los que meten a sus
hijos en el cine pasándose las recomendaciones de la edad por ciertas partes, y
luego te toca a ti soportar los quejidos del angelito en cuestión porque no le
gusta o le da miedo la película.
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Los comedores:
solo van al cine a comer. ¿Por qué? Porque tienen para sentarse, una tele y no
van a prestar atención a nada, les recuerda a su casa. El bolsillo de Doraemon
está inspirado en los bolsos donde esconden la comida ellos.
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Yo elijo: sujeto que da poder a su entrepierna,
esta será la que decida donde va a sentarse y no el número de su entrada.
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El crítico (no confundir con el comentarista):
su vocación era la de comentar en revistas cinematográficas las películas, como
no ha sido posible, va al cine a deleitarnos con su gran verborrea y cultura
cinematográfica.
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Destripadores: los hay de 2 tipos, los que en mitad
de una escena se la revelan a quien va acompañándolos (en un tono que si está
en la fila 14, el de la primera pueda oírlo) para luego soltar, es que yo ya
vine con Marta la semana pasada. Y los que cuentan el final cuando están
saliendo de la sala, para deleite de todos los que esperan para entrar a verla.
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Patada en la boca: lo que tiene el que se tira
toda la película soltando pataditas al respaldo de tu asiento.
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Relaciones públicas: lo de poner el móvil en
silencio no va con él, puede que lo llame el rey y ha de estar disponible por
si necesita saber en qué hospital lo han ingresado esta vez tras la caída.
Seguramente no están todos, agradecería que me digáis aquellos
que veáis que me han faltado.
Con respecto al cine soy una persona muy estricta. Cuando voy
es a verlo todo, desde el primer tráiler hasta los créditos. Y soy de las que
piensan que una vez se han apagado las luces nadie debería poder entrar a la
sala. Tiempo has tenido antes del comienzo.
Y por supuesto para hacer comentarios ya está la calle.
PD: Odisea no es una película, es todo lo que debe pasarse
en él.
PD2: Nadie sabe cuánto tiempo lleva la palomita que está en
la sala cada vez que vas. Cuenta la leyenda que estaba antes que el cine.
PD3: Cuando el zoo debe limpiar el hábitat de los pingüinos,
le prestan las salas de cine para que los pongan mientras.
¡Muy bueno! Te ha faltado "La pareja": Los que van solo a meterse mano, besarse y a follar si está algo vacío la sala.
ResponderEliminarHola. Te falto yo. Que soy de los que van solos al cine y me expongo cual vicho raro a la extrañeza de los acompañados.
ResponderEliminarA veces me da miedo leerte, porque expresas exactamente lo que suelo tener en la cabeza respecto al tema en cuestión ^^ Aunque hay una gran diferencia: tú lo cuentas con muchísima más gracia ;-) Me ha encantado, como siempre, y quedo a la espera de más. P.D.: dile a ese señor de más arriba que "bicho" va con "b", que casi me quedo sin ojos xDDD
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