Get me outta here!

sábado, 3 de septiembre de 2016

El posicionador de bancos.

Cuando llegas a un parque a las 8 de la tarde miras y buscas un banco para sentarte, pero...retrocedamos unas horas.
Son las 3 p.m de la tarde, llegas a un parque y lo que buscas en un banco para sentarte A LA SOMBRA, y ahí es cuando te das cuenta de la gran labor del posicionador de bancos, ese gran ser humano al que cuando lo contrataron para ponerlos se dedicó a observar todos los árboles colindantes, se fijó dónde daba el sol a las horas de más calor y dijo "ahí, donde no hay sombra, ahí los pondremos". Quizás un ser pensante le diría "pero, así no hay ninguno a la sombra", a lo que el gran posicionador respondió "tú vas a venir a esa hora a un parque? Pues los demás tampoco, que estarán durmiendo".
Y entonces llegas tú, toda inocente un día que por motivos diversos (te apuntas al gimnasio, vas a medio día y no sabes donde comer antes de volver a la oficina, esa es otra historia) te ves yendo a un parque a esa hora y observas cual incrédula que no hay uno solo a la sombra, y entonces comienza EL DILEMA:
1. Llamas al ayuntamiento para felicitar al que pone los bancos (la descartas porque a esa hora todos sabemos que los funcionarios ya no trabajan, bueno ni antes tampoco).
2. Te planteas ir a un bar,  y todo lo que hiciste de ejercicio (incluido la bajada de tensión que te da tras comprobar lo buen en forma que estás) no te sirve para nada. 3. Comer en el coche, donde hace más calor que en el parque por cierto.
4. Te sientas en el put* banco que menos sol da, ese que sólo te da sombra en un ojo.
Una vez sentada abres tu tupper, y SORPRESA, se levanta una ligera brisa que piensas, bueno menos calor, sí, y más volar de pelos, ahora no sólo tienes que estar pendiente de no quedarte ciega cuando el sol se refleja en el tenedor, tambien de que los pelos no vayan a tu boca a la vez que la comida. Pero hay más, entonces llega la fauna autóctona (dícese toda clase de insectos) y deciden hacerte la comida más amena, que no te sientas sola.
Y empieza a dar la sombra y te da igual porque tienes que volver a trabajar y ya no vas a disfrutarla.
Y la coca cola zero, esa que te compraste en el único chino que en lugar de ventilador tiene aire acondicionado está ahora para competir con el café del bar, ha pasada de estado líquido frío polar a estado calentorro meada de burro.
Así que señoras y señores vayan a comer a un parque a las 3 de la tarde, son todo ventajas. No me creen? Comerán menos por las ganas de irse con lo cual o el gimnasio o el parque acabarán por hacerme adelgazar.

jueves, 24 de diciembre de 2015

Agradecimientos.

Como todos hemos descubierto ya, hoy es un día “especial”, quizás porque hoy le da a la gente por desear a los demás cosas buenas, como si el resto del año no importara. Pues bien, yo también quiero contribuir dando las gracias a muchas personas que hacen que mi vida sea especial.
Mi agradecimiento para:
-          Mi vecino, ese que sabe que voy a subir pero no me espera, mi culo te lo agradece, aunque cabe destacar que ya voy al gimnasio y no necesito de tu colaboración, pero no quiero que me tachen de desagradecida.
-          Esas decenas de bellísimas personas que hacen que la puerta de mi coche parezca un arco iris, nunca podré decir que tengo un día gris si lo miro.
-          Las fantásticas personas que ya no forman parte de mi vida, bien por decisión propia o porque yo les abrí y quizás empuje fuera de ella. Gracias, porque aunque no forméis parte de mi vida seguís hablando de mí. Os agradezco que difundáis mi historia para aquellos que no tienen vida y necesitan de otra, y por alegraros la vuestra que se ve que falta os hace.
-          Los que no se ponen la mano al estornudar, o escupen al hablar o simplemente te tocan mientras hablan, gracias por demostrarme que el contacto humano no es necesario. No con la gran mayoría de la gente.
-          A ti dependienta, por aguantarte el escupitajo que te gustaría lanzarme al pedirte una determinada talla, quizás deberías mejorar la expresión de asco de tu cara, pero quién soy yo para juzgarte, sólo la que te desdoblará camisetas durante quizás 20 minutos, pero lo hago por ti, para que mantengas los brazos estilizados.
-          Los guarros, os agradezco mantenerme alerta mientras ando cada día. Qué tendría de divertido pasear si no tengo que esquivar chicles, pañuelos, o las cacas de esas mascotas de las que sois responsables. Mantenéis mi mente despierta, y mi vocabulario interior siempre activo.
-          El chico de la gasolinera, por inculcarme tesón, constancia, aunque nunca le compre los malditos chicles que se empeña en venderme.
-         

Y ya paro, que aunque me quedan muchos a los que agradecer seguro que a los que faltan lo hago personalmente o por whatsapp esta noche, lo que me recuerda que debo cambiar el estado a “el alcohol me ha elegido para manifestar sus mensajes”.


Felices fiestas.

sábado, 3 de octubre de 2015

¿Hacer pis o sobrevivir?

Cada vez existen más establecimientos donde además de comprar comida puedes ir al servicio.
Ayer me encontraba en uno de estos sitios cuando mi sabio cuerpo decidió que era hora de ir al baño. Al llegar me llevé la grata sorpresa de que aunque sólo había uno para cada sexo eran bastante grandes y estaban relucientes.
Cuando entré y cerré la puerta me quedé en el centro de la habitación, miraba tras la puerta y a todas las paredes buscando un gancho en el que dejar el bolso, pero para mi sorpresa no había ninguno, bien,  me toca hacer pis con el bolso colgado, y podéis pensar, lo podría dejar en el pomo de la puerta, error, hay seres que inventaron un “pomo” redondo y resbaladizo, da igual lo que cuelgues, como el asa no tenga el tamaño de un hilo no se quedará sujeto.
Comprobé que hubiera papel y tras todo ello, me dispuse a bajarme los pantalones y encontrar una posición lo suficientemente cómoda para que el bolso no se me resbalara hacia delante, mis pantalones no tocaran el suelo (da igual si el baño está tan limpio que tu cara se refleja en el suelo, las normas dicen que nunca, jamás, una prenda deberá tocar el suelo en un baño público) y por supuesto mis posaderas no tocaran la taza.
Justo cuando encuentro la posición y me dispongo a hacer pis…se apaga la luz, muy bien, genial, aunque sabes que si no te mueves, el pis no tiene el poder de saltar libremente en todas direcciones, acabas pensando da igual, necesito la luz para hacerlo. Como ya sabes que el fantástico baño tiene una luz que detecta el movimiento comienzas a mover el brazo que no tiene el bolso, primero lo levanto, pensando que COMO ES UN MOVIMIENTO, la luz volverá, falso, bien, aún hay cosas que puedo hacer, ahora comienzo a mover el brazo de derecha a izquierda, como si estuvieras en un concierto, sólo que la que canta es mi vejiga y está como loca por comenzar el concierto. Vale, esto tampoco funciona, se ve que el detector de movimientos es una puta mierda, ha llegado el momento de levantar el otro brazo, ahora me encuentro moviendo ambos a izquierda y derecha, parezco un naufrago pidiendo ser rescatado, y la maldita luz sigue sin volver, en este punto pensé “ha llegado la hora de perder la posición nos estamos jugando mucho”. Di un pequeño paso hacia delante y…nada, allí no aparecía ni el de la linterna al final del túnel.
Estupendo, se acabó, me pongo completamente erguida y aún así la luz sigue sin encenderse, doy varios pasos y voilà, se hizo la luz, me pongo frente al espejo, llegados a este punto necesito saber que no me he convertido en un vampiro, me toco los brazos, compruebo que sigo existiendo, tengo los pantalones bajados pero sigo siendo real.
Miro hacia arriba y descubro que el “inteligente” detector de movimiento se encuentra justo en mitad del cuarto de baño, el váter y el lavabo están cada uno en una esquina por lo que el fantástico cacharrito no te detecta, ¡un premio para el instalador!
Tras quedarme unos instantes en el centro del baño me voy con velocidad al váter, imagino que el dichoso detector me dará el tiempo suficiente para hacer pis antes de que se vuelva a apagarJAJAJAJA no. Justo cuando el chorrito comienza a tocar el agua del váter, se me acabó la luz, como decía Alejandro Sanz.
Un poco desesperada ya, me quito el bolso y decido moverlo, es grande, supongo que al balancearlo hacia delante conseguiré que lo detecte, vale que el baño es grande pero no tanto como para poder jugar un partido de fútbol en él. Y ahí estoy, medio en cuclillas balanceando el bolso y haciendo pis a oscuras. No ha funcionado, sigo a oscuras, la parte buena es que he terminado, la otra es que con todo el ritual se me ha olvidado coger un poco de papel antes de ponerme. Busco a tientas hasta dar con él, corto un trozo me limpio y, en este momento te acuerdas del cartelito que pone “por favor no tiren el papel al váter, usen la papelera”. Estoy yo ahora como para encontrarla.
He conseguido hacerlo sin que mi presión arterial se dispare, me subo los pantalones y al moverme vuelve la dichosa luz, me dirijo ahora al lavabo, y sorpresa, ni dos segundos con el grifo abierto cuando vuelvo a estar en la más absoluta oscuridad, ahora lo tengo más fácil, decido usar las piernas, muevo una de ellas hacia atrás, me pongo a hacer círculos con ella en el aire para ver si el detector considera que hay vida allí dentro y nada, me muevo un poco hacia atrás y repito el movimiento y ahora sí. Está claro que lavarse las manos quietas en muy aburrido.
Una vez he conseguido hacer pis, lavarme las manos, mirarme al espejo y salir, me espera mi novio en la puerta y con una sonrisa me pregunta: “qué ¿todo bien?”.
En ese momento tú sólo sonríes y asientes. El baño guardará el secreto de la clase de psicomotricidad que acabas de vivir ahí dentro.

P.D.1: Me gustaría tener unas palabras con el instalador del aparato
P.D.2: La única forma de haber conseguido más diversión era que me hubiera encontrado sin papel.
P.D.3: Ahora sabéis chicos que cuando vamos de 2 en 2 al baño no es para contarnos múltiples secretos, es simplemente para no volvernos locas y destrozar el baño.
P.D.4: Como en el túnel en lugar de uno con linterna tengan puestos detectores de movimientos no llegaremos nunca al final.

viernes, 5 de junio de 2015

Operación biquini

La mía consiste en; abrir el cajón, sacar al susodicho, probármelo y:
1.       Me está bien, me alegro por él, este año volverá a ver el mar.
2.       No me entra, toca ir de compras.
3.       Me está grande, toca ir de compras pero más contenta.

Me gustaría hacer hincapié en esos seres superiores que cuando te hablan de su “operación biquini” te miran de arriba abajo, mandándote claras señales de que tú también deberías hacerla. Querido ser superior, alégrate de que no haga mi “operación te doy con la mano abierta”.
Aunque no te lo creas yo sé cómo estoy, así que déjame decirte que no son kilos de más lo que retiene mi cuerpo, es el amor que estaba destinado a ti pero que se ha negado a salir por lo imbécil que eres.

Yo sinceramente cuando llego a la playa no me pongo a pensar si la gente verá mi flotador del amor al quitarme la ropa, NO TENGO TIEMPO, estoy más pendiente del adorable niño que ha sido soltado en la playa por sus papás y nos deleita a todos con su fascinación por la anarquía, también me gusta tener un ojo puesto en Pelé y Maradona, y si decido meterme en el agua para olvidar un poco lo que se cuece en la arena, antes de que mis pies toquen el agua debo sortear a la pareja cuyo sueño frustrado siempre fue jugar Roland Garros.
Cuando finalmente vuelvo a la toalla es la hora de merendar, entonces mi preocupación se centra en las miles de palomas que acaban de aparecer, se ve que mientras me bañaba David Copperfield actuaba.

Y tú, que te escondes tras las gafas de sol para mirar furtivamente y criticar a todo el mundo (sí, son sólo unas putas gafas de sol, no te hacen invisible, si de verdad quieres disimular haz que se te caiga la baba y pensaremos que duermes, pero no nos tomes por los que veían a Kent y no sabían que era Superman), deberías saber que mi flotador del amor tiene una labor social, pues te mantiene entretenido y no me pagas por ello, así que DE NADA.

P.D.1: Si te preocupas de lo que otros pensarán de ti en traje de baño te estás perdiendo lo más importante, vivir. Ellos mientras te critican no lo hacen.
P.D.2: Yo soy feliz con ese poquito de amor que retengo, el ser humano me ha demostrado que lo normal es retenerlo y no darlo a ciertos seres.
P.D.3: Es normal que algunos se sientan incómodos ante gente rellena de amor, pues hay quienes no saben lo que es.
P.D.4: Cuando mi novio me toca el relleno yo veo la galaxia, qué ves tú mientras te dedicas a criticar...
P.D.5: Para los que viven en villa critiqueo, no olvidéis que siempre hay alguien mirando…

martes, 19 de mayo de 2015

El aparecido.

¿Quién no se ha mirado alguna vez al espejo y ha visto en uno de sus orificios nasales un moco asomado?
Si tu respuesta es no, sólo decirte que mirarte sin gafas, borracho y/o drogado no cuenta.

Y entonces ocurre:
1.       Vergüenza.
Lo primero que haces es pensar ¿desde cuándo lo tengo? Y ¿Quién me lo habrá visto?
Estas cuestiones son muy importantes, ya que a más tiempo, más personas habrán visto a tu amigo diciendo ¡hola!
2.       Indignación.
Porque tras la vergüenza te preguntas ¿por qué nadie ha sido capaz de decirme que tengo un invitado sorpresa?

Hay quien aunque no te avisa, como para actor no ha nacido, se te queda mirando la nariz fijamente, y entonces piensas, o me mira la nariz por no mirarme las tetas, o tengo un moco. Me voy a inclinar por el moco.
Y comienzas disimuladamente a rascarte la nariz, un toquecito, rotación, un dedo en cada orificio, le sueltas eso de “uff que me pica la nariz” (pero tú sigue mirando mi moco capullo). Y finalmente te suenas, esperando que el susodicho amigo por fin sea parte del pasado.

Como a mí no me gusta pasear un moco innecesariamente, me gusta que me digan si tengo uno, por tanto cuando le veo a alguien uno también se lo digo. Con los años me he dado cuenta que la gente te mira con cara de enfado si lo haces. Estupendo, te libro de hacer el ridículo por la calle y al final la mala soy yo. ¿Qué hago? Pues desde hace tiempo, si le veo un moco a alguien (que conozco y me cae bien, los demás que se busquen la vida oye) le doy un pañuelo, y cada uno que lo interprete como quiera.

P.D.1: Muchas veces es el sonarnos la nariz lo que nos lleva a que nos aparezcan amigos indeseados, y es que nos cogen cariño y les cuesta dejarnos ir. Mi consejo es que tras una sonada os miréis en un espejo.
P.D.2: Mirar un moco fijamente no lo hace desaparecer, como deberías haberte dado cuenta ya.

jueves, 14 de mayo de 2015

La grandeza de tener coche.

Aparcar: noble arte de posicionar el que debería ser tu coche, en un lugar de la calle “normalmente” acondicionado para ello.

Para los que tenemos coche, aparcar es posiblemente el mayor inconveniente.
Hoy quiero hablaros de los distintos tipos que podemos encontrar.

1.       Junto a una carretera “más o menos” principal.
El obstáculo es que están pasando vehículos continuamente (excepto si lo haces a partir de las 4 a.m.), y olvídate con que uno de ellos se cambie de carril para facilitarte la maniobra, en el mundo del coche una regla prima por encima de las demás, ¿de tráfico? No, esta es una no escrita, y es: mi coche mis normas.
2.       Calles de un solo carril.
Si tardas más de 5 segundos en aparcar comenzaran a sonar pitos por todas partes, ¿te están viendo de aparcar? Sí ¿Les importa? No. Parece ser que les estás acortando la vida.
3.       Junto a plazas o parques.
El primer atractivo de estos es su público, siempre, repito SIEMPRE, habrá una persona normalmente de la edad de pararse para ver obras que te mirará mientras lo haces. Lo que conlleva a que tu nivel de estrés sea inexistente.
En segundo lugar, hay que tener presente que en estos sitios se ponen unos angelitos a jugar a la pelota. Coche, pelota cerca…pues eso, que sea el angelito el que juegue pero no lo hagas tú con tu coche.
Y no podemos olvidarnos de esos jóvenes tan simpáticos que omiten los bancos, porque el capó del coche es más cómodo para asentar sus posaderas. Y en el instituto no cogerán un lápiz, pero para escribir en tu coche si harán el esfuerzo.
4.       Descampados.
Su gran ventaja es que siempre hay una persona que vigila que no le pase nada a tu coche, y pasarle no le pasará nada si cuando te bajes de él se lo agradeces, son un poco tiquismiquis ya que no le basta con que sea de palabra.
Tendrás suerte si los encuentras planos, normalmente tienen más ondulaciones que las patatas. Cuando llueve si no tienes la equipación del capitán Pescanova no entres.
5.       Aparcamientos exteriores de centros comerciales.
Los hay de dos tipos. Los que ahora ponen “familias” y los que son para el resto de mortales.
Veamos, los que son para “familias” ocupan casi el doble de uno, que más que una familia tú piensas que de ese vehículo va a salir todo el público del Bernabéu. Porque personas de ambos sexos, en teoría los que van dentro se supone que son personas, no seres de dimensiones extraordinarias. Y alguno puede decirme, pero es que llevan el cochecito de los niños, y yo te pregunto ¿y lo llevan con el niño? Porque yo a todos los he visto meterlos en el maletero.
Esto qué quiere decir, ¿qué tengo que tener un niño para poder aparcar a 5 metros de distancia de otro? ¬¬

Ahora hablemos de los que son para el resto de los mortales. Los sin familia, los parásitos de la sociedad (sí, quizás estoy exagerando, pero está claro que poco).
Si les siguen recortando espacio por lo menos que hablen con los fabricantes de vehículos y que nos pongan puertas en el techo.
Las normas básicas para poder aparcar aquí son, intentar que tu coche quede justamente en el centro, y no olvidar doblar los espejos. Esto ¿evitará que el coche que aparca mal junto al tuyo le dé al abrir la puerta? No, pero tú te quedas más tranquilo.
MENSAJE PARA AQUELLOS QUE EN LUGAR DE UN COCHE CREÉIS TENER UN ÓMNIBUS.
Tu vehículo también cabe en el aparcamiento, lo que tienes que hacer es MANIOBRAR.
Cuando salgas de él recuerda, NO ESTÁS SÓLO EN EL MUNDO, tu espacio personal no es más importante que el de los demás. ABRE LA PUTA PUERTA DESPACITO.
Y este es un mensaje para los peatones que vais por la carretera de dichos aparcamientos. Si ves que viene un coche QUÍTATE.
6.       Aparcamientos interiores de centros comerciales.
Una vez dentro parece que lo fundamental es como en la playa, aparcar junto a todos los demás. Si tu coche está a más de 7 metros de la puerta, te miraran con cara de superioridad todos los que hayan conseguido sitio junto a la tienda.
Que vayas a comprar en coche es normal, lo que no lo es tanto es que una vez que te bajes del coche no puedas usar las piernas, aparcar más lejos no te hace diferente, yo diría que incluso te hace en ocasiones más listo, visto la que se monta.
Hasta ciertas horas estos aparcamientos parecen “normales”, pero si el centro comercial tiene cine y eres de los que han salido a altas horas, una vez que sales del ascensor o bajas por las escaleras mecánicas ocurrirá lo siguiente:
-          Tu coche, antes rodeado ahora estará más solo que Casillas en un acto de simpatizantes.
-          Cerca de él una de las barras de iluminación parpadeará.
-          Se te vendrán a la mente todas las películas de terror donde alguien muere en un parking, si eres de los que no has visto ninguna da igual, se te vendrán igualmente.
-          Ahora caes para qué sirven los “perfumes” que vende el chino de tu barrio, ni el espray de pimienta repelerá tanto.
-          Sacas el móvil y marcas el número de la policía, tu dedo en el botón de llamada.
-          Mides con los ojos la distancia hasta tu coche, por un momento sientes no ser un running.
-          Y es entonces cuando llegan todos los demás que han visto la misma película y también van al aparcamiento. Sonríes y finges que estabas mandando un tuit.


PD1: No aparquéis nunca junto a un bar, quiosco, salida de un portal o metro, o zona de bancos. Normalmente hay gente que verá vuestro coche como lugar de apoyo mientras mira la vida pasar.
PD2: Yo soy la que aparca lejos, la que busca las columnas y un lugar donde solo quepa un coche, la que tiene un croquis de su barriada donde aparecen marcados los lugares de NO APARCAR NUNCA. Porque señores y señoras sí, quiero mucho a mi coche, más que a las personas, él me ha demostrado que no hace daño a nadie, el problema radica en quienes los usan negativamente.

jueves, 7 de mayo de 2015

Analizando religiones

Será que tengo mucho tiempo libre, que me aburro o una combinación de ambas cosas, pero esto es lo que hay, he decidido analizar poco a poco todas las religiones, para ver si finalmente alguna me convence.
Voy a comenzar por la que “supuestamente” pertenezco, la católica. Y digo esto, porque todos hemos empezado en una u otra religión por nuestros padres, la religión no comienza siendo elección propia sino impuesta por otros.
Ya sé, ya sé, hay miles de cosas que se pueden analizar, por ello yo iré poco a  poco. Hoy voy a comenzar por los mandamientos.
Los mandamientos fueron dados por Dios a Moisés en el monte Sinaí y fueron estos (como todos deberíais saber y practicar o no iréis al cielo que está lleno de gatitos):

1.       Amarás a Dios sobre todas las cosas.
Hombre, si ya empezamos exigiendo que te quiera más a ti que al resto mal vamos. Deja que te vaya conociendo y juzgando tu carácter y veremos qué pasa. Porque a esto Dios, se le llama egolatría.
2.       No tomarás el nombre de Dios en vano.
Este lo veo comprensible. No todo el mundo tiene sentido del humor y hay que respetarlo.
3.       Santificarás las fiestas.
Este es que era hasta necesario. Pero ojo, que según el significado de este mandamiento “santificar las fiestas” es descansar el domingo e ir a misa. Y ahí es donde yo no estoy de acuerdo, porque claro, si ya me obligas a celebrar las fiestas como tú quieres…verás señor, yo es que soy muy independiente. Lo mismo deberías poner un buzón de sugerencias.
4.       Honrarás a tu padre y a tu madre.
Es decir, que los voy a honrar queriéndote más a ti que a ellos…
Por no hablar de la discriminación que haces diciendo que tienen que ser padre y madre.
5.       No matarás.
Para pedir hay que dar ejemplo Dios, y ¿a cuántos animalitos mataste con el diluvio?
Que fácil nos olvidamos de las cosillas que no queremos…
Pero lleva razón, vosotros simples mortales NO debéis matar. Nadie tiene derecho a quitarle la vida a nadie.
6.       No cometerás actos impuros.
Querido señor que quieres que te quiera más que a aquella que me parió y o cuidó, si de verdad no querías que disfrutara mi cuerpo, pues hijo era tan fácil como no poner partes que al ser tocadas o vistas exciten. Es que tienes muy mala leche, proporcionar un clítoris que da placer al ser tocado para luego decir “pero no te toques tú, que te toque tu marido y sólo para procrear”. Pues me hubieras quitado los brazos, y así no tendría más remedio que tocarme otro. Pero mientras yo llegue mi cuerpo es mío y me toco cuando quiero.
7.       No robarás.
Es que eso está muy feo, además, para qué vas a robar pudiendo pasar un cepillo  por entre tus fieles y que ellos lo den “libremente”, sin presiones, sin ser consciente de que aquél que tienes a tu lado te echará la mirada de la condenación si se te pasa por la cabeza no dejar nada.
Haz como tu vecino, que no roba, va a tu casa y te pide productos amablemente, cada poco tiempo sí, pero lo hace con encanto, con una sonrisa.
8.       No dirás falso testimonio ni mentirás.
Llegados a este punto, querido feligrés, si has cumplido todos los mandamientos anteriores creo que es justo incluso necesario que mientas. Porque si quieres más a alguien que no ves, el día que no trabajas vas a misa, quieres a tus padres pero menos que al otro y encima no te tocas, muchacho vas a explotar, si dices que eres feliz aunque sea mentira yo por lo menos te perdono, de verdad, incluso te perdono de corazón.
9.       No consentirás pensamientos ni deseos impuros.
Este es como el otro, te doto de la capacidad imaginativa pero ojo, pon tú la fuerza de voluntad para coartarla. De momento, la imaginación es una de las cosas que sigue siendo gratis, y yo otra cosa no, pero de imaginación voy sobrada.
Además este señor está empeñado en quitar todo lo divertido. Al final nos puso en el mundo sólo para ver como moríamos de aburrimiento.
10.   No codiciarás los bienes ajenos.
Vamos a ver, Dios que nos estamos liando. Lo malo no es codiciar, lo malo es que le robe a otro sus cosas para disfrutarlas yo.
¿Qué daño le hago a mi vecino si quiero su sofá? ¿Por qué te molesta a ti que a mí puedan gustarme las cosas de los demás?

Tras este análisis queridos lectores, sólo puedo deciros que he llegado a la conclusión que Dios tiene un poco de resquemor, no sé por qué, pero ahí está. Alguien debería hablar con él, y es Bergoglio quien tiene todas las papeletas.
Voto por mandarle nuestras sugerencias a él y que se las trasmita.

De momento:

Religión Cristiana 0 – Utópica sin religión 1